Una caravana conducida por el espíritu solidario de unos 30 voluntarios de la Autoridad Nacional de los Servicios Públicos (ASEP) llevó alegría a 40 familias residentes de la comunidad de Hierba Buena, corregimiento de El Cacao en el distrito de Capira, provincia de Panamá Oeste.
A pesar de ser una comunidad ubicada en una provincia limítrofe con la ciudad de Panamá y lo difícil del acceso por tierra, los más de 60 kilómetros de distancia no fueron impedimento para que el equipo de “Transformadores” (voluntarios de ASEP) cumplieran la misión, nacida desde el mismo corazón de los colaboradores.
El gran esfuerzo valió la pena. La sonrisa de los niños se convirtió en una señal de esperanza, luego de recibir juguetes y una divertida fiesta con dulces, piñatas y juegos amenizados por entusiastas payasitos personificados por trabajadores de la institución.
Gracias al aporte de colaboradores de ASEP que estuvieron donando desde el mes de diciembre de 2024, “Los Transformadores” pudieron distribuir bolsas con alimentos y utensilios de aseo para las familias de la comunidad, quienes agradecieron el noble gesto de llevar un día entero de alegría.
“Es un esfuerzo de los voluntarios ASEP que refleja el espíritu solidario y humano que caracteriza a nuestra institución”, fueron las palabras de Zelmar Rodríguez Crespo, administradora general de la entidad, al reconocer el esfuerzo, la dedicación y la pasión impregnada por este equipo de colaboradores.
“¡Ustedes son un ejemplo de lo que significa trabajar por el bienestar común!”, dijo Rodríguez Crespo, al expresar su entusiasmo por loable actividad. “Estoy aquí para garantizar que tengan todo lo necesario para continuar con esta valiosa labor”, agregó.
La caravana solidaria y humanitaria de ASEP también construyó un rincón de lectura, decorando un espacio en la escuela con la donación de libros y un panel solar con su kit focos.
La población estudiantil de la Escuela de Hierba Buena cuenta con 25 niños que reciben clase en la modalidad de multigrado. Este centro educativo es dirigido por la maestra Sorayda Duggon, quien fue una de las protagonistas para que el voluntariado institucional llegara a esta comunidad que tiene a la agricultura como fuente de ingreso.
Toda la planificación y organización de esta gira, realizada el sábado 25 de enero, contó con el liderazgo de Mónica Azcárraga de Guerra, jefa de la Oficina de Recursos Humanos y la arquitecta Liliana Simons, del despacho Superior, quienes de ahora en adelante “transformarán corazones”, a través del ejercicio del voluntariado institucional en el campo educativo, religioso, social y ambiental.